Para diagnosticar las necesidades de una población por lo general se debe esperar a que un conocimiento experto ratifique lo que muchas veces esta lleva padeciendo por años o que las consecuencias sean tan graves que requieran una intervención. Por esto, decidimos hacer un diagnóstico social de la comunidad preguntándole eso que más le afecta.
Las epistemologías como formas de producir y acceder al conocimiento nos remiten, en este proyecto, a un acercamiento diferente a la producción de información. Más allá de producir un tipo de conocimiento diferente, basado en las necesidades reales del territorio o de indagar por tradiciones propias, nos interesa participar en un proceso de generación de conocimiento, independientemente de su resultado.
La información que construyen las entidades competentes no es siempre imparcial. Aquí señalamos la denuncia que varias asociaciones interpusieron contra el censo de 2018 realizado por el DANE. En el censo hubo una disminución significativa en el número de personas contabilizadas como afrodescendientes, esta “omisión” fue ratificada por la corte constitucional a través de la sentencia T276 de 2022.
Decidimos realizar un diagnóstico a través de la encuesta individual como una forma de acercarnos de una manera diferente a las problemáticas de la comunidad. Esto, nos permitirá entender cómo se está viendo el cambio e incluir a nuevas personas que por lo general no participan en talleres o eventos. Nos interesa saber si diferentes sectores de la población ven como problemáticas las dimensiones que nosotras vemos. De esta forma, tendríamos información sobre lo que piensan los jóvenes, las mujeres, los adultos mayores, los agricultores etc. Esto nos permitirá llegar a un diagnóstico general, el cual sería un punto de partida para una vez identificadas las problemáticas, incidir sobre estas.