Caminar por las calles de Neiva no es seguro para nosotras, a través de una violencia sistemática hacia nuestros cuerpos se nos ha negado el poder habitar sin temor los espacios públicos y semi-públicos, pero hoy decimos NO MÁS. Desde la juntanza y la rebeldía nos apropiamos de lo que es nuestro.
top of page
bottom of page